jueves, 28 de marzo de 2013

de nombres y de historias

en octubre de 2010, viajaba en auto a mi oficina y escuché, en un program de radio, un comentario que hacían sobre una nota de un diario español:


Un pueblo con firma propia 


ahí, contaban la historia de un pueblo de españa donde la mayoría de sus habitantes tienen nombres raros.
inmediatamente, llegué a mi oficina y escribí lo siguiente, que fue leído en el programa de radio por Marcelo Sizo:

Marcelo,

Manejando al trabajo escuché tu comentario sobre el “Pueblo con Firma Propia”
No pude dejar de hacer un paralelo con mi familia que, a su llegada a la argentina, tuvo “Firma Propia”

Mi bisabuelo, que se llamaba Saverio llegó a la argentina a inicios del Siglo XX.
Sastre de profesión y autodidacta por vocación bautizó junto a  Catalina, mi bisabuela, sus 7 hijos con nombres dignos de “Huerta del Rey”

Adonay Mefistófeles Mesías, Hirán Nerón Hamlet (mi abuelo), Orisides Spenser, Universal Plotina, Dios, Enea y Beatriz (cada niño tenía o tiene 3 nombres, estos son los que recuerdo o pude recuperar).

En la Mendoza de los años 40 y 50 no era fácil llamarse así, por lo que algunos de ellos cambiaron sus nombres a otros más comunes como Jorge, Ricardo o Alberto.

Estos hermanos se hicieron notar, no solo por sus nombres si no por su participación en la sociedad (Militares, Profesores Universitarios, empresarios de la música y electrónica, Luthiers entre otras actividades además de férreos defensores de la protección de los animales. )

Cuando niño me parecía loco y hasta raro los nombres que mis tíos abuelos y abuelo tenían. Hoy con algunos años más de experiencia creo que hubiera sido interesante mantener esa tradición.

Esta generación de nombres notables no fue muy prolífica, solo 2 se casaron y tuvieron 6 descendientes. Los Hiram, los Adonay y las Universales dejaron lugar a los Jorges, Ernestos y Ricardos junto a las Normas, Silvias y Beatrices.

De allí llega mi generación donde Diego Martín, Jorge Ariel (yo, porque mi abuelo se hizo llamar Jorge y así se llama mi padre), Andrés Pablo, Andrea Viviana, Javier Ernesto, Cintia Beatriz y Pamela Soledad se mezclan en el común del firmamento de nombres nacionales y contemporáneos.

Gracias por traer este tema hoy a mi día. Tal vez retome esta tradición a la hora de nombrar a mis descendientes.


Saludos.

Mi viejo, lo distribuyó entre todos los parientes y....sorpresa, el malestar no demoró en llegar. 
recibí un reto directo de uno de los involucrados. me dijo que ellos habían sufrido mucho por los nombres que tenían y que habían sido la burla de mucha gente. 
me pideron que recuperara el email que había enviado a la radio y que jamás volviera a tocar este tema.

Hoy, 3 años más tarde, me acordé de esto y lo recuperé para este blog.
Por suerte, nadie lo lea, así que será solo para mi consulta y archivo.